Como el girasol que gira entorno al sol, que tu vida, tus pensamientos, tus palabras y tus obras giren entorno a Dios. Que sea Dios el centro de tu vida, el sol de tus días. Así prepararás aquí tu morada celestial, porque si vives unido a Dios, cuando mueras seguirás unido a Dios.
Contigo
Montserrat Bellido Durán