Querido amigo, si estás triste y te pesa el alma, llora, descarga tu pena sobre las manos de la Virgen María y deja que ella seque tus lágrimas. Cuéntale a tu Madre del Cielo tu padecer, confíale tus preocupaciones y ten paz, porque ella te las volverá alegrías.
Muchas veces no nos damos cuenta de que eso que nos entristece es la puerta a algo mejor, a una vida nueva, a incontables alegrías que florecerán con el tiempo… entonces, mirando hacia atrás todo tendrá sentido.
La Virgen María es la mejor madre del mundo, ella sabe lo que necesitas antes de que se lo pidas y desea tu bien. Dile: “Mamá dame lo que necesito y quítame lo que me estorba para la santidad”
Contigo
Montserrat Bellido Durán